AGRADECIMIENTO

AGRADECIMIENTO

Tras la finalización de la Novena de la Divina Misericordia, celebrada por nuestra Hermandad desde el pasado Viernes Santo hasta el sábado 2 de abril, se cierra un capítulo más en ese libro amplio, lleno de pasajes, recuerdos y personas queridas que fueron marchando, soleanos todos de nacimiento o devoción; y muy antiguo, con páginas algunas amarillentas y letras que recuerdan a siglos pasados, otras, más recientes, impresas en tipografía de palo seco, en el que se escribe con letras de oro, desde el siglo XVI hasta nuestros días, la historia de la Hermandad de la Soledad.

Concluye aquí un tiempo de vísperas, de preparación, de oración y recapacitación, de comunicación directa con el Hijo de Dios y su Bendita Madre. Se pone punto y final a los días con los que sueñan todos los soleanos de forma recurrente. Se cierra porque así lo manda el calendario, porque la vida continúa con sus otros quehaceres y obligaciones, aunque hay un lugar en el que nunca se concluye, nunca termina este periodo cuaresmal, en el que permanece abierta la emoción vivida, la que sentimos al entrar en la Capilla y mirarlos frente a frente, a solas cada uno de nosotros con Ellos. Queda lleno el corazón de los momentos vividos y los sentimientos desbordados, ahí es imposible poner una fecha de finalización.

La Cuaresma Soleana ha destacado de nuevo por lo que ya es seña de nuestra Hermandad. La solemnidad de sus actos, la profesión de fe de sus hermanos, su saber estar y la absoluta disponibilidad de los mismos cuando de colaborar en cualquier aspecto del desarrollo de los cultos se trata.

Gracias a la entrega de todos, somos poseedores para siempre de los recuerdos de una de las mejores Cuaresmas jamás vividas en nuestra Hermandad. La celebración del Año Jubilar de la Misericordia ha permitido vivir momentos especiales, brindar a nuestros Titulares, el Señor de la Misericordia y la Virgen de los Dolores en su Soledad Coronada, lo mejor que de nuestros corazones y el amor que les profesamos ha podido salir.

La estación de penitencia que llevamos a cabo como Hermandad en conjunto, el pasado Viernes Santo, fue el cierre perfecto a una Cuaresma solemne, cargada de profesiones de fe y devoción. La procesión discurrió de la mejor de las maneras gracias al saber estar de todos los hermanos y hermanas de la Soledad.

Tras este día que guardamos como preciado tesoro en lo más profundo de cada uno de nosotros, comenzó la Novena de la Divina Misericordia que concluyó el pasado domingo 4 de abril con la celebración de la Función de la Divina Misericordia, siendo en este año aún más esperada y deseada, si cabe, por encontrarnos en pleno año Jubilar. La afluencia de hermanos a los actos programados ha destacado en positivo, resultando un indicador palpable del calado de este culto, de relativamente reciente celebración en la Hermandad de la Soledad.

Desde la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Soledad queremos agradecer a todos los soleanos y soleanas su extraordinaria colaboración y
entrega.

Tenemos el absoluto convencimiento de que el capital humano es un valor principal de nuestra institución, motor e iniciativa de todos nuestros
actos.

Por ello queremos expresar un agradecimiento especial por la excelente a cuaresma a todos los hermanos, no sólo a aquellos grupos con más dedicación o disposición durante la Cuaresma, como nuestros hermanos costaleros, nuestro grupo de priostía o nuestro grupo de diputación de gobierno, porque seguro olvidamos a alguien con una gran e inestimable labor.

Sea para todos los hermanos y hermanas participantes un cordial y sincero agradecimiento.

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