#XXVANIVERSARIO | 15 DE JUNIO, UN SUEÑO QUE HIZO HISTORIA. PARTE VIII: LA CORONACIÓN CANÓNICA DE ALCALÁ DEL RÍO Y EL ACTA QUE LA CONFIRMA

#XXVANIVERSARIO | 15 DE JUNIO, UN SUEÑO QUE HIZO HISTORIA. PARTE VIII: LA CORONACIÓN CANÓNICA DE ALCALÁ DEL RÍO Y EL ACTA QUE LA CONFIRMA

La del 15 de junio de 1996 fue una mañana esplendorosa, en la que el júbilo rebosaba por los confines de Alcalá del Río. Las bandas de las Tres Caídas y Redención de Sevilla, Santa Marta de La Algaba y la banda de cornetas y tambores de La Legión llenaron las calles de nuestro pueblo – engalanado como nunca jamás lo estuvo ni lo ha estado – con sus pasacalles. El pueblo entero abarrotaba el casco histórico de la villa, cofrades venidos desde todos los puntos de la geografía se maravillaban con el fervor alcalareño por su Señora. El rezo del Ángelus ante la Virgen, desprovista ya de corona, llenó una vez más la parroquia en torno a Ella.

Desde primeras horas de la tarde la plaza de España recibía a los hermanos, ocupando los sitios asignados en los distintos sectores en una organización precisa y exquisita. A las 19:30 horas el cortejo partió desde la parroquia hasta la plaza.

Mientras los soleanos aguardaban a la Señora ante el altar en el que sería coronada, la Virgen marchaba acompañada por la Junta de Gobierno y las Madrinas de su Coronación Canónica, en una procesión en la que la corona abría el cortejo, portada en unas singulares andas. Pero la Virgen no iba sola, porque una muchedumbre de devotos y visitantes la acompañaban en estos inéditos momentos.

A las 20:30 horas dio comienzo el Pontifical de Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad, presidido por el hoy Cardenal Arzobispo emérito de Sevilla, Monseñor Carlos Amigo Vallejo.

Fue la plaza de España el presbiterio de La Vega del Guadalquivir. A sus plantas, la historia en el cauce del Río Grande. Como retablo la luz, el color y la brisa de la más perfecta tarde de junio que soñarse pudiera. Como grey, sus hijos, su comarca y toda la provincia, que rendidos de amor acudieron a este hito que – sin temor a exagerar – marcó la historia cofradiera de la Archidiócesis sevillana.

La plaza extendía sus perímetros para acoger a toda la Hermandad, así como a los cientos de hermandades y personalidades invitadas que quisieron ser partícipes de este acontecimiento. Los balcones y azoteas de las casas de la plaza y de las calles adyacentes eran igualmente un hervidero de devotos y de alcalareños que querían ser testigos del hecho histórico y cofradiero más grande de esta milenaria villa.

En el trascurso de la celebración se procedió a la lectura del Decreto de Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad. Pasadas las 21:00 horas, y tras su bendición, el Arzobispo coronó solemne y canónicamente a la Santísima Virgen con la corona del oro, de la devoción y del amor del pueblo de Alcalá del Río.

El silencio emocionado se rompió cuando el pueblo entero prorrumpió en ovaciones y vítores a Nuestra Señora. Las campanas de la parroquia y de la capilla repicaron sin descanso a gloria, la banda de música interpretó la Marcha Real y bandos de palomas esparcieron la buena nueva a todos los confines: Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad ya estaba coronada. Ocho largos años de espera se veían culminados en la Coronación Canónica con la que Alcalá del Río honró a la Madre de Dios, la Santísima Virgen en su advocación de Dolores en su Soledad, como Reina de esta villa y de todo lo creado.

Finalizado el Solemne Pontifical, se procedió a la firma del Acta de Coronación Canónica por triplicado, con destino a los archivos diocesanos, parroquiales y de la Hermanad. Documento oficial que confirma y reafirma que Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad está y ha sido coronada canónicamente. Un hecho inequívoco y cierto, dictaminado por decreto arzobispal, ejecutado de manos del prelado hispalense y confirmado mediante documento oficial rubricado por el Arzobispo, el Vicario Episcopal, el Párroco, el Alcalde y el Hermano Mayor, dando fe de la misma igualmente el Notario Diocesano.

Un acta que constata y certifica que la Virgen ha sido coronada canónicamente en virtud las normas y disposiciones del derecho canónico. Un acto de derecho y de devoción que afirmó y sigue determinando que Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad es – por antigüedad, valía, devoción y fervor – la Reina coronada de Alcalá del Río.

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