#XXVANIVERSARIO | 15 DE JUNIO, UN SUEÑO QUE HIZO HISTORIA. PARTE VII: UN PUEBLO ENTERO CON LA VIRGEN, SIN IMPORTAR DÍA NI HORA

#XXVANIVERSARIO | 15 DE JUNIO, UN SUEÑO QUE HIZO HISTORIA.

PARTE VII: UN PUEBLO ENTERO CON LA VIRGEN, SIN IMPORTAR DÍA NI HORA

Llegado el mes de junio de 1996, y tras meses de actos preparatorios, llegaban las principales celebraciones antes de la Coronación Canónica. Con este fin, la Virgen sería trasladada a la parroquia de Santa María de la Asunción para la celebración del triduo preparatorio.

Se dio la circunstancia de que el domingo 9 de junio se celebró la solemnidad del Corpus Christi. Para no interferir ni restar prioridad al Santísimo Sacramento, el traslado de la Virgen, una bajada extraordinaria, se fijó para el lunes 10 de junio.

La Virgen bajaría a la parroquia entronizada en su paso de palio de Viernes Santo y, de forma inédita hasta la fecha y nunca más vista en este paso, coronada con la diadema de plata sobredorada. Una estampa inusual que grabó otro momento para la historia.

A las 10 de la noche salió la Virgen desde la Capilla de San Gregorio, precedida por las hermanas soleanas con cirios. La paradigmática fila de mujeres de las bajadas y subidas de la Virgen volvió a componerse, contándose por centenares las soleanas que en esta noche acompañaron a la Señora. Por primera vez acompañó a la Virgen en esta procesión la Banda de música de Nuestra Señora del Carmen, de Salteras, que posteriormente en tantas ocasiones lo haría en la Bajada.

No importó que fuera lunes, y que al día siguiente fuese día laborable. Los soleanos en masa acompañaron a la Virgen, así como centenares de foráneos se desplazaron para participar de la grandeza de los actos previos de la Coronación Canónica. El mes de junio ya era soleano, la Virgen y su Coronación Canónica lo llenaban todo. El pueblo refulgía, tanto por los adornos y el exorno extraordinario como por el júbilo, en estas vísperas del mayor acontecimiento cofradiero que se ha vivido en su historia. Y ese 10 de junio dio igual que fuera lunes, que hubiese que trabajar al día siguiente, que fuese plena época de exámenes finales. Todo el pueblo entero se echó a la calle para estar con la Virgen.

En la plaza de España ya comenzaba a alzarse el altar efímero donde Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad sería coronada. Y era la plaza un ir y venir continuo para comprobar la evolución de los trabajos.

Los días 11, 12 y 13 de junio la Parroquia acogió, con la solemnidad y participación acostumbradas en los cultos de nuestra Hermandad, el triduo preparatorio para la Coronación Canónica. Entronizada en el presbiterio en su paso de palio, la Virgen continuó siendo epicentro de la vida en Alcalá del Río. Con los nervios y las emociones a flor de piel, los días solo giraban en torno a Ella.

En la víspera de la Coronación Canónica, aquel viernes 14 de junio, nuestro hermano D. Ignacio Montaño, insigne soleano, puso voz al júbilo que todos sentíamos en nuestros corazones. Un pregón sin parangón, de prosa y versos exquisitos, que rezumaba amor a la Virgen sin reservas, y que ha quedado sin duda para la posteridad. La historia y la devoción, pero sobre todo el sentimiento, y el orgullo de sentirnos hijos de tan excelsa Madre, y poder lucir como mejor santo y seña lo que los versos de nuestro Hermano de Honor en tantos momentos de su pregón apostillaron: “Reina de Alcalá del Río y Soledad Coronada”.

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PARTE V. UN PUEBLO ENGALANADO COMO NUNCA ANTES SE HABÍA VISTO

Nunca había vivido Alcalá del Río semejante acontecimiento. Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad iba a ser coronada canónicamente como reconocimiento a su antigüedad, su acendrada y extendida devoción – amplia geográfica e históricamente –, y por su condición de epicentro de la religiosidad popular desde el siglo XVI en esta villa. Por todo ello, la Iglesia la iba a coronar como Reina de Alcalá del Río.

Si la importancia del hecho era grande, más lo era el júbilo que desbordaban los soleanos y los devotos de la Virgen. Muchos fueron los preparativos en las semanas y meses previos a tan magno acontecimiento. Y muchos de los esfuerzos se dedicaron a un fin muy especial. Había que engalanar el pueblo como la ocasión requería. Un exorno extraordinario apropiado, festivo y elegante que, solo con su exhibición, reflejara la magnitud del acontecimiento histórico que Alcalá del Río se preparaba para vivir.

De una parte, las casas soleanas tenían que mostrar ese espíritu de fiesta y celebración que en ellas se vivía y de los que impregnó a los alcalareños la Coronación Canónica de la Virgen. Fue por ello que se acordó un formato unificado de colgadura, principalmente en tela adamascada, y en color rojo burdeos, adornadas con galones y flecos en color dorado.

El color – usado desde antiguo por nuestra Hermandad para revestir la Parroquia y la Capilla en nuestros cultos, del que se reviste también las paredes de nuestra Capilla en la de San Gregorio – evoca la solemnidad del culto y la liturgia, la pompa y el boato que se somete a ensalzar a Dios – ya que el rojo evoca la Pasión de Cristo por la sangre derramada –. Por todo el pueblo, las casas soleanas, así como muchos espacios públicos, lucieron colgaduras burdeos durante el mes de junio.

Desde ese momento y hasta la actualidad se adoptó y asentó la costumbre en nuestro pueblo de adornar balcones y ventanas con colgaduras, en idéntico formato que entonces y que los soleanos siguen exhibiendo desde la Bajada de la Virgen hasta el Domingo de la Divina Misericordia, en los aniversarios y durante los Dolores Gloriosos.

Del mismo modo, se elaboraron centenares de gallardetes para las farolas, distribuidos por todo el pueblo, en distintos tamaños y formatos, incluso serigrafiados con la corona de oro y el escudo de la Hermandad como emblemas. Del mismo modo, a modo de pendones de terciopelo, se confeccionaron para revestir las farolas de la plaza de España para el Solemne Pontifical.

El complemento perfecto para todo este exorno fueron los gallardetes con los que Sevilla se adornó para la boda de la Infanta Elena. En color carmesí, y en formato par ondeando en cada mástil, supusieron la culminación perfecta para la Laguna, las plazas de España y del Calvario.

Gallardetes, banderas, banderolas colgaduras y todo tipo de exornos, con el distintivo color rojo burdeos de nuestra hermandad, y que tanta elegancia estética dio y sigue dando a las calles y fachadas como símbolo de alegría y celebración.

La puesta de largo de este exorno extraordinario fue la Santa Misión, que llevó la presencia del Señor y la Santísima Virgen a aquellos lugares donde tanto se les quiere pero que nunca hasta ese momento habían visitado. Y no hubo balcón, fachada ni ventana que no luciera el mejor adorno posible para recibir a tan ilustres visitantes en peregrinación por su pueblo. Ya fueran colgaduras, cuadros con nuestros Titulares, mantones de manila o incluso colchas. No hubo quien no quisiera exornar su casa con lo mejor que tenía para recibir a la Virgen y al Señor. Nunca se vio el pueblo tan volcado en adornar cada rincón, cada esquina, cada calle del extenso itinerario.

Junto a toda esta decoración, para el 15 de junio se erigió en la plaza de España un soberbio altar efímero para el Solemne Pontifical, que hizo del pueblo, desde su centro neurálgico, una catedral en la que todos los alcalareños pudieron ser testigos del hecho que marcó ya para siempre la historia de la religiosidad en Alcalá del Río.

La torre mudéjar, la desaparecida fuente del Calvario, las farolas, las calles, las plazas, el edificio del Ayuntamiento… todo se vistió de fiesta para coronar canónicamente a la Virgen. Y para perfumar el pueblo a su paso, por primera vez en Alcalá del Río se esparció romero por las calles el itinerario de la procesión de traslado de la Virgen a la plaza. Una particular alfombra de romero, nunca antes vista en nuestras calles, que culminó el exorno extraordinario añadiendo un inédito perfume al discurrir de Nuestra Señora hasta el momento culmen de la historia cofradiera soleana y alcalareña.

Nunca antes Alcalá del Río se engalanó tanto y de tal forma a lo largo de su historia. Nuevamente, la Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad sentó un precedente, un hito que difícilmente podrá ser superado. Nunca desde entonces el exorno extraordinario ha alcanzado tales cotas, ni antes ni después de la Coronación Canónica nuestro pueblo fue adornado como aquel 15 de junio de 1996. Un pueblo volcado en exaltar a Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad como su Reina, coronada en los cielos y en la Tierra por el amor y la devoción.

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PARTE III. LA CORONACIÓN CANÓNICA QUE ACLAMARON EL PUEBLO Y LAS HERMANDADES

 

Fue la Junta de Gobierno dirigida por N. H. Manuel Montaño (Q.E.P.D.) la que tuvo la feliz idea en 1988 de recoger oro para realizar una nueva corona para la Virgen, y la que tuvo el sueño de coronar canónicamente a Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad.

Tras distintas peticiones, el Arzobispo de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo, en visita pastoral a nuestra localidad indica a la Hermandad que emprenda el expediente, desarrollando las normas diocesanas recientemente aprobadas, para solicitar la coronación canónica.

Con el visto bueno del Arzobispo, la Junta de Gobierno comenzó a trabajar el exhaustivo expediente para acompañar a la solicitud de la coronación canónica. Informes, estudios y documentos que suman centenares de páginas, para lo que hicieron falta dos años de trabajo y dos maletines para contenerlo y entregarlo en el Arzobispado de Sevilla el 12 de junio de 1992.

Entre toda la documentación aportada destacan las miles de adhesiones que, en unión de la Junta de Gobierno, sustentaban la petición de la coronación canónica para Nuestra Señora. Páginas y páginas de firmas de hermanos, devotos y fieles de la Santísima Virgen que no dudaron en unirse para aclamar lo que a todas luces era un reconocimiento más que merecido.

Impregnadas del paso de los años y de la transcendencia que confiere ser parte de la historia, esas hojas de firmas contienen nombres y rúbricas de personas que siguen postrándose ante la Señora soleana. Pero también están las firmas de aquellos que vivieron en primera persona la coronación del cielo; de aquellos que pusieron todas sus esperanzas en ese momento y que no alcanzaron a verlo, o de tantos que fueron testigos en la Plaza de España y que después, a lo largo de estos 25 años, fueron al encuentro de Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad y ya viven al cobijo de su manto.

Trazos certeros y caligrafías temblorosas. Nombres sencillos, apellidos compuestos, firmas claras y otras menos legibles, e incluso huellas como testimonio de la adhesión, que no saber escribir ni iba a ser inconveniente para sumarse a la petición de la coronación canónica.

7.199 personas aclamaron que se coronara la Virgen. De Alcalá y de la Soledad, pero también desde los más diversos puntos de España. 2.027 firmas desde Sevilla capital; 295 adhesiones desde La Algaba; 280 desde El Viso del Alcor, 30 de Cantillana; 149 de Madrid capital; 95 de Jerez de la Frontera o 6 desde Cartagena (Murcia), por citar solo algunos lugares de la amplia relación.

Las asociaciones, hermandades y autoridades de Alcalá del Río también se unieron a esta unánime petición del pueblo. Desde el Ayuntamiento reunido en Pleno, los alcaldes pedáneos, los partidos políticos de todo signo, el Juez de Paz, la Hermandad de Jesús, Cáritas Parroquial, el hogar del pensionista Ignacio Montaño, la Peña de Labradores o la Fundación Marcos García Merchante son algunas de las cartas de adhesión a la solicitud adjuntas en el expediente.

Fueron igualmente muchas las hermandades que no dudaron en apoyar y dar fuerza a la petición de coronación canónica para nuestra Amantísima Titular. La Macarena, el Gran Poder, la Esperanza de Triana, el Valle, la Exaltación, Cristo de Burgos o Montserrat fueron solo algunas de las que sumaron su carta de adhesión desde la capital. Las de Aguas Santas y la Virgen del Rosario de Burguillos o las hermandades de La Rinconada fueron otras de las muchas de la provincia que secundaron la petición. E incluso desde lugares tan distantes como Navalcarnero (Madrid), a través de su hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo.

También se unieron una veintena de hermandades de la Soledad, como la Soledad de San Lorenzo, la de San Buenaventura, las hermandades de la Soledad de Cantillana, La Algaba, Olivares, Castilleja de la Cuesta y Écija.

Desde la perspectiva actual, en un mundo conectado y globalizado, cualquier noticia es de inmediato conocida en cualquier parte. Hace 25 años el uso de internet no era general ni extendido, por supuesto no existían las redes sociales, y las noticias locales quedaban reducidas al ámbito más inmediato. Es por ello que todavía es aún más relevante el hecho de que la noticia de la elaboración del expediente de coronación canónica traspasase tan rápidamente y de tal forma los límites de nuestro pueblo. Y ello, como no podía ser de otra forma, conllevó la adhesión masiva, tanto de forma individual como a nivel institucional a la solicitud.

Con todo ello, las adhesiones adjuntas al expediente dan una verdadera dimensión de lo que supuso la Coronación Canónica de la Virgen dentro y fuera de Alcalá del Río. Una devoción que no entiende ni entendió de fronteras, y que consiguió por la fuerza de la aclamación popular que Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad Coronada fuese coronada canónicamente como Reina de Alcalá del Río.

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PUBLICACION PIONERA – “MATER DOLOROSA” (1941)

Mostramos la primera página de la revista “Mater Dolorosa”, que empezó a editarse por parte de nuestra hermandad en junio de 1941. Puede tratarse sin duda de la primera publicación en el mundo cofrade de nuestro pueblo, anticipándose varias décadas a lo que serían después los boletines y otras publicaciones similares. Como reza bajo el título, la idea era editar una revista de tirada mensual. En próximas ocasiones os iremos acercando el contenido de este ejemplar, que ha cedido para su escaneo la hermana Adela Romero Montoro, a la que damos nuestro agradecimiento.

NACIÓ PARA SER MADRE

NACIÓ PARA SER MADRE

“Dios es Amor” nos dice el apóstol San Juan en su carta. Y porque es amor tuvo el proyecto eterno de hacerse hombre por amor al hombre, para salvar al hombre.

Pero para realizar ese proyecto nacido de su corazón, Dios quiso necesitar una mujer. Una mujer elegida por el Padre entre todas las mujeres a quien Isabel proclamo “Bendita entre todas las mujeres”; y su nombre era María. Luc 1, 27)

 Y porque Ella fue la elegida, Ella fue la concebida sin pecado original, sin mancha; Ella fue, la Limpia, la Pura, la Purísima, La Inmaculada.

Ella, la elegida, la concebida sin pecado original, nació para ser LA MADRE, no una madre como tu madre o mi madre. No hay madre tan madre como esta Madre, porque Ella nació para ser LA MADRE.

La raíz y el fundamento de la misteriosa Dignidad y Grandeza de Maria esta en su relación especialísima con las Tres Divinas Personas como nos recordaba el Papa Pablo VI en su documento “Marialis Cultus”: “Ella es la hija predilecta de Dios Padre, la Madre de Dios Hijo, la Esposa del Espíritu Santo porque por obra del Espíritu Santo concibió a su Hijo en cuanto hombre”.

Ella es la verdadera Madre del Hijo de Dios como nos dice el Concilio de Efeso, porque Ella concibió al Hijo de Dios en cuanto hombre, no por obra de varón sino por obra del Espíritu Santo en el mismo momento de la Encarnación.

Ella es también Madre de todos los hombres y Madre de todo lo creado, porque el Hijo de Dios en su humanidad asumió a toda la humanidad y se unió de alguna manera a cada uno de los hombres y de otra manera distinta asumió también a la Creación entera, manchada y herida por el pecado como nos dice San Pablo.

Ella dio a luz a su Hijo en Belén y le amamanto y en sus brazos y en sus rodillas le enseño a hablar y a rezar y donde por primera vez el Hijo de Dios la llamo Mama. ¡Cuántas veces, Jesús, el Hijo de Dios llamaría a Maria mama, madre! Y ¡Cuántas veces María llamaría a Jesús, hijo mío! Y le beso y le abrazo al mismo Hijo de Dios.

Ella es toda Madre y toda Vida. Ella es la Madre del mayor dolor, porque es la Madre del mayor Amor. Ella es Amor y Vida porque Ella es la Llena de Gracia como la saludó el Ángel en nombre de Dios.

Ella es la Madre del Si en la Encarnación. Si a Dios y Si a los hombres.

Ella es la que nunca dijo no, la que siempre dijo Si, hasta la Cruz y después también.

La Madre de Dios es tu Madre, es mi Madre, es nuestra Madre de la Piedad.

Madre de Dios y Madre nuestra: cuida de nosotros con amor de madre y enséñanos a decir Si a Dios y siempre Si a los hermanos de tu Hijo, sobre todo a los más pobres y a los más débiles.

Gracias, Jesús, por habernos dado a tu Madre como madre nuestra. Gracias Madre, porque naciste para ser LA MADRE.

DON PUBLIO

SEMANA SANTA

Estamos celebrando la Cuaresma camino y preparación para celebrar la gran fiesta de la Pascua. Se acerca ya la Semana Santa.

Muchos cristianos tenemos el peligro y la tentación de “acostumbrarnos a recordar piadosamente” todos estos acontecimientos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo como algo que sucedió hace veinte siglos pero sin incidencia en nuestra vida de hoy.

Y sin embargo la celebración de estos misterios de nuestra salvación tienen y deben tener una actualidad y unas exigencias para nuestra vida cristiana hoy, y no debemos dar pie con nuestra conducta a que otros lo reduzcan todo esto a unas meras manifestaciones culturales y artísticas ya que deben de ser unas manifestaciones y expresiones de una fe cristiana.

Los maravillosos pasos de nuestra Semana Santa sobre los distintos misterios deben ser una catequesis, un grito silencioso del gran amor, una interpelación a nuestra vida, una llamada y una invitación a la conversión a Dios y al seguimiento de Jesús.

En la Pasión del Señor aparecen muchos personajes: Los discípulos dormidos en el Huerto de los Olivos abandonando a Jesús mientras Judas, el único despierto le traiciona, le vende y le entrega por 30 monedas.

Pedro se mete en el atrio del palacio de Caifás y ante unas palabras de un soldado y de una mujer niega a Jesús tres veces por no complicarse la vida.

Pilatos le condenó sabiendo que era inocente y se lavó las manos delante del pueblo como si él fuera inocente. Herodes hizo chistes y se rió de Jesús y Jesús no contesto palabra.

Muchos, la mayor parte, la tarde de la Pasión salieron de sus casas para ver el “espectáculo” de Jesús; iban buscando las esquinas para ver mejor en que paraba todo aquello. En las esquinas hacían sus comentarios sobre si había caído ya una vez o dos; si era inocente o culpable. Eran “espectadores”. . . . . La mayor parte al margen del sufrimiento y del drama de Cristo Jesús.

Algunos vivieron de cerca solidariamente la Pasión. Allí estaban el Cirineo, la Verónica, y las mujeres que compadecidas le acompañaban en el camino; y María su Madre, Juan y la Magdalena junto a la Cruz.

Otros muchos curados por Él, alimentados por Él, que en momentos de triunfo le aclamaron, aquella tarde porque no estaba bien visto estar junto a aquél ajusticiado le miraban “desde lejos” sin identificarse y para no ser identificados como discípulos de Jesús.

Hoy muchos cristianos tenemos el peligro también de convertir la Semana Santa en un “espectáculo” para “curiosos” y para hacer comentarios por las calles y por las esquinas. . . . . cuando cada paso debiera de ser una llamada a dejar el pecado, a vivir la gracia, a cargar con la cruz de cada día y a luchar y a sacrificarse como Jesús en el Huerto de los Olivos.

Por otra parte la Pasión de Cristo se actualiza en el hombre en el que Cristo se hace presente, en el hermano que sufre el paro, el hambre, la marginación, la enfermedad, la soledad. Es el Cristo de la Cruz a cuestas, el crucificado y la dolorosa quien te están pidiendo que no pases junto a otros hermanos, otros cristos, indiferente e insolidario sino que le eches una mano y le ayudes a llevar esa cruz. Tú y yo debemos de ser ese Cirineo.

Ya está bien de comentarios en la calle. Ya está bien de espectáculos.

Al contemplar los distintos pasos contrastemos las actitudes y comportamientos de Jesús con los nuestros.

En la última Cena Jesús tiene un derroche de amor y de ternura y de entrega como nunca con sus discípulos, instituyendo la Eucaristía y haciéndoles participes de su propio Sacerdocio y dándoles a comer y a beber su propio cuerpo y su propia sangre, alimento de la nueva vida que nos iba a comunicar por medio de su Muerte y su Resurrección.

Esa noche del gran amor de Jesús, es la noche de la traición y la venta de Judas y de la negación de Pedro.

Jesús en el Huerto de los Olivos viendo la muerte que le esperaba de rodillas oraba al Padre diciendo: “Padre aparta de mí este cáliz pero no se haga mi voluntad sino la tuya.”

Y le costo tanto hacer la voluntad del Padre que “sudaba gotas gruesas de sangre que caían hasta el suelo” como nos dice el evangelista San Lucas, que era médico, en su Evangelio.

Y cuantos cristianos hoy no cumplen la voluntad del Padre porque dicen: “Esto cuesta mucho” y escogen la vida fácil, sin esfuerzo, sin sacrificio. . . . Esto es lo que se lleva hoy también entre los discípulos de Jesús.

¡Que contraste!

El Sanedrín presidido por el Sumo Sacerdote Caifás se rasgó las vestiduras y condenó a Jesús por decir la verdad, es decir: Que Él era el Hijo de Dios.

Y le condenaron a muerte por mayoría o por unanimidad como blasfemo, al Hijo de Dios, al Santo, al Inocente, y Jesús se jugo la vida por decir la verdad. Jesús en otro momento dijo: “Para esto he nacido Yo y para esto he venido al mundo para dar testimonio de la verdad.”

Cuantos cristianos hoy están instalados en la mentira, en las medias verdades, en las ambigüedades, etc.

No te recuerdan todo esto las mayorías que condenan a muerte con leyes injustas a tantos y tantos inocentes desprotegidos y débiles nacidos y no nacidos.

Pilatos sabiendo que Jesús era inocente y no queriendo complicarse la vida se lo mandó a Herodes quien se lo devolvió a él y ante los gritos de los que pedían la crucifixión de Jesús, Pilatos le condenó a muerte y se lavó las manos delante del pueblo queriendo aparentar como inocente, Pilatos se lavo las manos pero no se lavó el corazón.

Estas incoherencias y esta hipocresía ¿no se repiten hoy? ¿Cuántos Pilatos cobardes hoy?

Jesús carga con la cruz de todos nuestros pecados. Jesús es crucificado y muere en la cruz por nuestra salvación y todo por Amor.

La cruz el mayor signo del mayor Amor.

Jesús la última noche de su vida dijo: “nadie ama más que aquel que da la vida. . . .”

Por otra parte no nos quedemos con el Cristo muerto. Participemos de la Resurrección de Jesucristo.

Seguiremos reflexionando.

 

Con el cariño de

 

PUBLIO ESCUDERO

“Y LOS POBRES SON EVANGELIZADOS” (San Mateo 11, 5)

Cristo  manda el recado de su divinidad a Juan el Bautista con la prueba del nueve de la verdad: “¡Y los pobres son evangelizados!”

Y el Papa Francisco nos dice que los pobres nos deben evangelizar.

Por tanto, esto de no ser pobres, de no sentirnos pobres, debe ser un problema.

Por eso, pido para mí y para todos vosotros, en esta Navidad llena de pobres de verdad, la conversión de nuestros corazones tan esclavos de tantas riquezas.


Un año más, el Ángel del Señor sobrevuela la torre fuerte de las veinticinco campanas, buscando pastores en las vigilias de la noche que estén velando sus rebaños: hombres marginados en la época del nacimiento de Cristo, incluso despreciados  por los poderes civiles y religiosos, tan poco fiables que su testimonio no se admitía en juicios; pero a los que el mismo Dios quiso conferir la condición de notarios del nacimiento de su Hijo. “Y la  palabra se hizo carne” (Juan 1, 14)

 Como ahora, y al no encontrarlos ni siquiera por los perfiles verdinegros de los olivares del cercano Aljarafe, el Ángel busca a la gente igualmente discriminada en nuestra sociedad actual: inmigrantes de los semáforos, guardacoches ocasionales, chabolistas, pobres sin techo, parados… Y de parte de Dios, les dice:

“¡No temáis! Os anuncio una gran alegría que es para todos: ¡Os ha nacido hoy un Salvador, que es el Cristo Señor! …Y esta será la señal: encontraréis al Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre!” (Lucas 2, 12)

¡HUMILDE ENTRE LOS HUMILDES!

Otra vez, de puerta en puerta

José busca una posada;

y otra vez la madrugada

le cierra fría y desierta.

Al alba, Jesús despierta

hombre y Niño en el Portal.

¡Dios está aquí! ¡Y el aval

de tal presencia divina

es que al pastor se encamina

su Palabra celestial!

Ignacio Montaño Jiménez

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